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Para historias, las que tiene esta calle. Tantas que aquí no caben todas. Y tiene que serlo, pues su origen se sitúa tan temprano como en 1603, cuando la Orden de San Juan de Dios creó un hospital que llamó del Espíritu Santo, en terrenos aledaños a la actual Ermita de San Roque. Aunque diez años después ese hospital fue fusionado con el de San Sebastián, los hermanos de la orden permanecieron un buen tiempo más en el viejo solar.
El rastro es que al solicitar la construcción de la Ermita de San Roque, a mediados de los años 1600, el gobernador Pedro Zapata escribió que se haría “uniéndola con una hospitalidad de convalecientes en la iglesia y casa del Espíritu Santo, convento antiguo de los padres de San Juan de Dios.
CALLE DEL ESPÍRITU SANTO
Para historias, las que tiene esta calle. Tantas que aquí no caben todas. Y tiene que serlo, pues, su origen se sitúa tan temprano como en 1603, cuando la Orden de San Juan de Dios creó un hospital que llamó del Espíritu Santo, en terrenos aledaños a la actual Ermita de San Roque. Aunque diez años después ese hospital fue fusionado con el de San Sebastián, los hermanos de la orden permanecieron un buen tiempo más en el viejo solar.
COLEGIOS Y ESCUELAS INOLVIDABLES
Getsemaní se distinguió durante casi todo el siglo pasado por el alto nivel educativo de muchos de sus habitantes. Había una cultura fuerte de la educación como patrimonio de los padres para los hijos. De aquí salieron innumerables y prestigiosos profesionales en todas las ramas del saber. A eso ayudaba que el barrio era sede de varios y muy buenos colegios en primaria y bachillerato. Lamentablemente, cerraron sus puertas o se trasladaron, dejando a La Milagrosa como la única institución del barrio para educación básica.
LA MILAGROSA: LA ESCUELA QUE SE CRECIÓ
Nuestra insignia pedagógica nació como una escuela de primaria para atender a las niñas del barrio y a las hijas de quienes trabajaban en el Mercado Público. Era una entre varias opciones que había en Getsemaní. Pero por diversas razones se fue quedando sola. Desde entonces se mantiene como una de las mejores instituciones públicas de la ciudad; luchando por mantener su legado y preservar el patrimonio; en medio de dificultades que se supondría ya superadas.
EL SABER ‘MILAGROSO’ DE GETSEMANÍ
Además de ser el colegio del barrio, La Institución Educativa La Milagrosa ha fomentado su reconocimiento por ser un escenario en donde la ‘vocación’ es protagonista principal y que además inspira y motiva a las personas a dar lo mejor por sí mismos y por Getsemaní.
CUANDO GETSEMANÍ ERA UNA FIESTA
Veintiún años, dos semestres de Derecho, tres cuentos publicados y un saco de fondo amarillo con cuadros negros: eso era todo lo que tenía Gabriel García Márquez cuando conoció Getsemaní.
CON LA NEGRA EMPEZÓ TODO
Pronto la inmensa y muy visible imagen de la mujer afro en La Matuna, cerca de la estación de Transcaribe le dará paso a una nueva obra de arte urbano, realizada por sus mismos creadores.
LA ERMITA DE SAN ROQUE: HOSPITAL, PESTES Y ORACIÓN
Lo primero que se construyó en la esquina de la Media Luna y la actual calle del Espíritu Santo fue un hospital de convalecientes, en 1603. Pero hicieron falta muchos giros en su historia para llegar a ser la pequeña iglesia que conocemos hoy.
EL ÚLTIMO SASTRE EN GETSEMANÍ
Manuel Lozano Muñoz lleva más de cuarenta años dando pedal en Getsemaní. Ha vivido el auge y el paulatino deterioro de un oficio en el que el barrio fue epicentro para toda Cartagena: la confección a mano de ropa masculina.
LA ‘SEÑO’ MATI Y LA ESCUELA DE BANQUITOS
La casa de los Castilla, en la calle del Espíritu Santo, siempre ha sido de puertas abiertas. A la abuela Chanchi todos la conocían por su hospitalidad con la gente que venía de provincia. Así que cuando Matilde Castilla Gálvez abrió su escuela de banquitos en el zaguán, hace setenta y cinco años, no estaba haciendo otra cosa que ampliar esa vocación de acogida que le venía en la sangre.
CALLE DEL ESPÍRITU SANTO (CASA DE MANUEL ZAPATA OLIVELLA)
En la Calle del Espíritu Santo, también conocida como la Calle de la Mala Crianza, vivió la familia Zapata Olivella. En esta calle Gabriel García Márquez se encontró con el novelista, médico y académico Manuel Zapata Olivella, con quien entabló una entrañable amistad. Fue Manuel Zapata Olivella quien lo alentó a unirse al equipo de redacción del recién fundado diario El Universal, influyendo en su vocación periodística.
ANTIGUA SEDE DEL PERIÓDICO EL ESPECTADOR
El Espectador es uno de los periódicos más antiguos y reconocidos de Colombia. Funcionó una sede en la calle del Espíritu Santo, entre 1989 y 1997. Este medio hizo parte de la vida de Gabriel García Márquez en tres etapas: la primera desde 1947, cuando le publicaron sus primeros cuentos; la segunda desde 1954, cuando fue contratado como periodista; y a partir de la década de los ochenta, cuando comenzó a publicar una columna semanal, aun después de recibir el Premio Nobel de Literatura en 1982.
Hablar de la calle del Arsenal necesariamente es hablar del puerto, del apostadero, del playón, de la muralla, del mercado público y tantas otras cosas (...)
De la calle Larga se puede escribir un libro entero. Tiene más de cuatro siglos de historia y junto con la calle de la Media Luna fueron la base del trazado de calles de Getsemaní (...)
La calle de San Juan Evangelista es una de las pocas que aún mantiene su nombre colonial. Cuando la pavimentaron, hacia 1967, encontraron muchas piezas como armas y balines en los trabajos de excavación (...)
Un recuerdo en un aroma. Así rememoran los de más edad en el barrio a la calle San Antonio: los carros de balines que salían desde las cuatro de la mañana de la Panadería Imperial para surtir en tantos sitios de la ciudad (...)
Sobre el nombre de la calle hay claridad: al final, cerca de la bahía de las Ánimas, estaba la aguada de la Marina (...)
Su nombre completo es calle de Nuestra Señora de las Palmas Benditas porque, según se dice, sus primeros residentes eran muy devotos de esa advocación de la Virgen María (...)
Se dice que en la época de la Colonia los pescadores dejaban sus chancletas mojadas en la acera secando al sol mientras trabajaban (...)
La calle del Pozo tiene casi tanta historia como el barrio. De su plazoleta salieron los lanceros hacia el centro en 1811 para inclinar la balanza a favor de declarar la independencia total de España (...)
Una de las calles con el mayor número de residentes por metro cuadrado, aquí se vive como ninguna otra la vida de barrio (...)
Junto con el callejón Angosto se cuentan entre las cuadras con mayor vida de barrio en Getsemaní (...)
¡Qué calle como la de Carretero para estar en el corazón de Getsemaní! No solo porque desemboca en la plaza de la Trinidad, sino por los vecinos y personajes que la habitaron antes y quienes aún viven allí (...)
Del nombre poco se sabe. Viene de la Colonia y los vestigios apuntan a la región de León, en la actual España (...)
El origen de esta calle data de 1603, cuando la Orden de San Juan de Dios creó un hospital que llamó del Espíritu Santo, en terrenos aledaños a la actual Ermita de San Roque (...)
Hablar de la Calle de la Media Luna es situarnos en un referente por excelencia que tiene el barrio Getsemaní (...)
Hay que comenzar corrigiendo un equívoco: no es calle del Guerrero, sino calle de Guerrero (...)
Sobre esta calle ha gravitado la presencia de la Obra Pía, construida entre 1640 y 1650, que ocupa buena parte de la manzana y cuyo frente da a la calle de la Media Luna (...)
Esta calle corta tiene una historia muy larga. De ser una de las calles menos valoradas, pasó a ser un gran núcleo de vecindad y ahora, un eje de comercio y tránsito entre el Centro y el resto de Getsemaní (...)
Es de las pocas que aún mantiene nombre de origen católico, como lo tuvieron en su origen casi todas las calles y sitios de referencia en las ciudades fundadas por españoles (...)
Ambas calles han tenido diversos nombres, casi todos más usuales o ‘formales’, para decirlo de alguna manera. Pero los que han sobrevivido son los populares, que quizás son señas de un origen modesto. (...)
Popularmente, también le decían la calle de los Chivos, porque no faltaba que uno dijera algo o le pasara algo a un vecino y todos salieran a defenderlo (...)
Sobre el origen de su nombre no hay consenso. Sierpe significa “serpiente” en español antiguo y es de las pocas calles que ha mantenido su nombre original desde la Colonia (...)
En la Calle de las Tortugas las casas estaban pegadas al Caño de San Anastasio. Sus habitantes ponían estacas de mangle con las que mantenían confinadas las tortugas de cuatro especies, que los pescadores traían de otros lados por el Caño Juan Angola (...)
Muchos recuerdan que allí fue instalado originalmente el monumento a las Botas Viejas. Hoy es el lugar donde se juega la bola de trapo, el deporte por tradición del barrio.
El nombre de Plaza de la Trinidad le fue atribuido desde 1643, año en que la iglesia fue terminada de construir.
Fuente: (NotiCartagena)
Su concepción obedece a un parque de tipo francés; con forma cuasi cuadrangular, el parque está ceñido por una reja perimetral y ocho entradas decoradas con un arco.
Fuente: (Universal)
La llegada del Hotel San Francisco, operado por Four Seasons, le permite a Getsemaní abrirse al turismo de lujo, elevando el nombre de Cartagena como destino turístico de talla mundial.
Fuente: (Iriante, 2022)
Esta plaza era el lugar donde el pueblo se reunía a celebrar las fiestas populares, en las cuales se usaban carrozas y desfilaban las muchachas más bellas.
Fuente: NotiCartagena
Las dos calles que bordean el parque Centenario entre la Media Luna y el antiguo hotel San Felipe tienen muchas historias por contar. Hoy son una avenida y, el lado del parque, un parqueadero informal y una estación de taxis.(...)
El Centro de Convenciones Cartagena de Indias, surge como un proyecto del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en 1978, como mecanismo para generar polos de desarrollo regional mediante la realización de actividades de amplia convocatoria, como congresos, eventos y convenciones. Fue diseñado por la firma Esguerra, Sáenz y Samper Ltda. y construido por la firma cartagenera Civilco.
Fuente: Centro de Convenciones - Cartagena de Indias
Fue el último flanco que se cerró del barrio. Hace tan poco que muchos getsemanicenses lo recuerdan como el campo de béisbol y fútbol de su infancia. (...)